sábado, 14 de febrero de 2015

Vino y la lectura

Como lo hemos comentado en otras entregas, el vino es más que una bebida, es un medio que nos permite lograr experiencias para todos los sentidos. Potencia los sabores de nuestros alimentos, estimula la creatividad, hace de cualquier conversación un momento memorable. El vino y la lectura son aliados naturales, dado que el vino mismo forma parte del proceso creativo de muchos de los más grandes autores de todos los tiempos. Algunos lo manejaron con moderación, otros se entregaron a él sin reservas pero todos los que lo incluyeron en su rutina resultaron beneficiados.
Soy fanático de maridar la lectura con un buen vino, a continuación, les presento a manera de sugerencia, los maridajes vino-libro que he probado en los últimos meses.
Vino: L.A. Cetto Nebbiolo Reserva.
Libro: “Éstas ruinas que ves”, de Jorge Ibargüengoitia
Éste vino mexicano del Valle de Guadalupe resultó una gran compañía para disfrutar la novela del Ibargüengoitia, una deliciosa comedia ambientada en una provincia ficticia del centro de México. Con sus intensos aromas a especias como pimienta y clavo y sabor afrutado, éste par fue una gran experiencia.

Vino: Los Vascos Malbec 2008.
Libro: “La insoportable levedad del ser”, de Milan Kundera.
Una novela profunda y oscura como la de Kundera solamente se podría maridar con un vino intenso, y éste caldo argentino, del prestigiado valle de Mendoza, no decepcionó. Con un intenso sabor a moras y un tanto ahumado al olfato, le da otra dimensión a las peripecias de Tomás y Sabina, en su incansable guerra en contra de los tabúes de la época.

Vino: Black Swan Shiraz, 2009
Libro: “Rebelión en la granja”, de George Orwell
Las dulces y complejas notas de éste Shiraz australiano complementan de gran manera a éste gran clásico del siglo XX, una alegoría del origen y funcionamiento de los estados totalitarios.

Espero éstas sugerencias sean de su agrado, ¡gracias por seguirme!

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