1
Mantenlo en un lugar oscuro. Almacena todos los vinos lejos de la luz, especialmente de la luz solar directa y de los aparatos fluorescentes. Los rayos UV pueden hacer que el vino adquiera un aroma desagradable. Las botellas más oscuras están mejor protegidas y algunas tienen filtros UV incluidos en el vidrio, pero una cantidad suficientemente alta de rayos UV puede penetrar de todas formas y arruinar el vino. Si no puedes mantener una botella totalmente alejada de la luz, envuélvela ligeramente en un paño o simplemente colócala dentro de una caja. Si se expone a la luz ocasionalmente, asegúrate de que esta provenga de lámparas incandescentes o de vapor de sodio.
2
Almacena las botellas de vino que tengan corcho horizontalmente. Si se almacenan verticalmente durante un tiempo prolongado, los corchos se secarán y, con el tiempo, el aire llegará al vino, arruinándolo. Si las almacenas con la etiqueta hacia arriba, será más fácil detectar cualquier sedimento que pueda haberse formado en el vino cuando las recojas.
3
Mantén una temperatura constante. Si vas a almacenar el vino por un periodo prolongado (más de 1 año), es necesario refrigerarlo; incluso una bodega subterránea no es lo suficientemente fría.
4
No muevas el vino si es posible. De ser posible, almacena los vinos de una forma que no sea necesario moverlos para alcanzar una botella. Intenta no mover una botella una vez que está almacenada. Incluso las vibraciones producto del tráfico pesado, los motores o generadores pueden afectar de forma negativa al vino.
5
Mantén la humedad en alrededor del 70%. La humedad alta evita que el corcho se seque y minimiza la evaporación. Sin embargo, tampoco permitas que aumente muy por encima del 70%, porque puede fomentar el crecimiento de moho y hacer que las etiquetas se aflojen. Puedes comprar un higrómetro para registrar las condiciones de humedad y emplear técnicas de humidificación o deshumidificación según sea necesario.
6
Aísla el vino. Recuerda que el vino “respira”, así que no lo almacenes junto a algo que tenga un olor fuerte, ya que este penetrará a través del corcho y lo contaminará. La buena ventilación puede ayudar a evitar que los olores a humedad entren en contacto con el vino.
7
Almacena el vino durante una cantidad de tiempo adecuada. No todos los vinos mejoran con el tiempo. Por lo general, los vinos del nuevo mundo y los baratos no mejorarán. Los vinos rojos pueden almacenarse y añejarse de 2 a 10 años. Sin embargo, esto depende del tipo de vino rojo y del equilibrio de su azúcar, ácidos y taninos. La mayoría de vinos blancos debe consumirse después de 2 o 3 años de almacenamiento (aunque los vinos blancos de Borgoña (Chardonnay) pueden añejarse por más de 20 años.
8
Ajusta la temperatura antes de servirlo. Diferentes vinos saben mejor a temperaturas ligeramente distintas, las que pueden variar de aquellas usadas para el almacenamiento. Justo antes de beber el vino, deja que la temperatura se eleve o descienda a la adecuada para servirlo.